Gare Saint-Lazare

La gare Saint-Lazare, 1877, 75 x 104 cm. Museo de Orsay, París.
Oscar-Claude Monet (14 de noviembre de 1840, París - 5 de diciembre de 1926, Giverny)
      



En estos días de regresos, vienen a la memoria historias de raíles. Los que conducen a la célebre estación de San Lázaro fueron capturados por los pinceles de grandes como Manet, Caillebotte y el propio Monet y por el objetivo de figuras como Cartier Bresson. 
      
Todos estos artistas fueron entusiastas de lo ferroviario en general y de esta magna obra en particular, por lo revolucionario y también la estética en sí misma (“Nuestros artistas tienen que encontrar la poesía en las estaciones de tren, de igual modo que sus padres la hallaron en bosques y ríos”. Zola). Sin embargo, tras esta serie, Monet nunca volvería a reflejar este tema ni ningún otro de índole industrial.
      
Monet no se conformó con una sola “versión” y se dedicó a toda una serie de doce cuadros realizados en distintos momentos y condiciones ambientales. Siete de ellos se expusieron en la tercera exhibición de los impresionistas, de 1877.
      
Es esta la misma estación donde Zola, otro admirador del ferrocarril, comenzaría a escribir “la bestia humana” y de hecho la obra comienza en ella.
      
Monet quiere dar una idea de lo que acontece en el escenario elegido dando gran protagonismo a la moderna arquitectura de la estación, mostrando una imponente bóveda de hierro y cristal soportada por unas livianas viguetas, pero también a la actividad que alberga, a la sensación de movimiento incesante. La locomotora prácticamente se desvanece en el entramado de humo y luz, atmósfera que a su vez apenas permite adivinar el Puente de Europa y los altos edificios de estilo haussmaniano. Las figuras humanas aparecen empequeñecidas por la magnitud de la obra de ingeniería.
      
Con pinceladas rápidas, pero bien premeditadas, que sustituyen las formas por masas de color, define a la perfección el ambiente envolvente de los vapores y humareda grises y azulados (“El vapor emitido por las locomotoras..., se eleva y llena el aire en forma de un gran y oscuro remolino”. Zola) y el juego de luces cambiantes a través de las vidrieras. 
      
Enlaces:
Beatriz Sánchez Artola
Hospital Universitario Infanta Leonor, Madrid.
© REMI, http://medicina-intensiva.com. Diciembre 2013.
      

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